06 febrero 2009

CONTRA LA ABLACIÓN



140 millones de niñas sufren mutilación sexual

Una práctica preislámica terriblemente vigente


Este viernes se celebra el Día Mundial Contra la Mutilación Femenina, una práctica tan dolorosa como peligrosa, que han sufrido unos 140 millones de niñas en el mundo, principalmente en Africa. Agnes Pareyo, una keniata que lo sufrió en primera persona, ha visitado Madrid para explicar la tragedia por la que pasan estas mujeres, y denunciar estas prácticas. Agnes nació en Kenia, y es la cara y la voz contra la mutilación genital femenina. Un rito tradicional que han padecido unos 140 millones de niñas en el mundo, la mayoría en Africa. Sin anestesia y antes de cumplir los 12 años. Agnes ha dedicado su vida a denunciar las tremendas consecuencias físicas y psicológicas que supone la mutilación para las niñas.Su batalla también tiene otro frente: los matrimonios forzados con menores. Porque tras la mutilación se considera que la niña es ya una mujer, debe casarse y abandona el colegio. La educación es la mejor arma contra esas prácticas.


"Tenía 10 años cuando mi abuela me dijo que me llevaba al río para realizar una ceremonia de iniciación. Era muy pequeña y no tenía ni idea de lo que iba a pasarme. Cuando llegué a ese lugar escondido entre unos matorrales, junto al río, me desvistieron. Me taparon los ojos y me obligaron a tumbarme. Cuatro mujeres sujetaban mis extremidades, mientras otra se sentaba en mi pecho para evitar que me moviera. Me colocaron un trozo de tela en la boca, y entonces... me cortaron. El dolor era insoportable. Como me resistía e intentaba levantarme, perdí mucha sangre. No me dieron ningún tipo de anestesia ni calmante para el dolor. La operación me produjo una hemorragia que me causó una fuerte anemia. Durante mucho tiempo, cada vez que orinaba me dolía. A veces intentaba aguantar las ganas, por el miedo que me producía. Sufrí también infecciones vaginales. El corte me lo hicieron con una simple navaja". Así lo recuerda Hannah Koroma, mujer de Sierra Leona que padeció la mutilación genital femenina. Somalia es uno de los países del mundo donde más extendida está. "Tiene un predominio del 95% ,es una tradición muy arraigada en la cultura somalí preislámica y se cree que es necesaria para ‘limpiar' a las niñas".

No quedan dudas de que "pone en riesgo la vida de las niñas, violando así los derechos humanos a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona", Provoca dolores muy fuertes y riesgo de hemorragias que pueden llevar a un estado de shock y la muerte. Además, hay un alto riesgo de contraer infecciones como gangrena, úlceras, septicemia y tétano. Las complicaciones a largo plazo son retención de orina a causa de las infecciones urinarias, obstrucción del flujo menstrual que puede llevar a la infertilidad Este año, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) vuelve a alertar las terribles consecuencias de esta tradición y revela cifras impresionantes: "La tasa de mortalidad de los recién nacidos es hasta 55% más alta cuando la madre ha sido mutilada. La cantidad de mujeres que sufren hemorragias postparto es un 70% mayor cuando existe una mutilación severa" y "entre diez y veinte bebés de cada mil mueren como consecuencia de la mutilación".

Son muchos los organismos que luchan por la abolición total de la MGF. Se ha logrado que algunos gobiernos de África y otros lugares tomen medidas para eliminar la práctica. Estas medidas incluyen leyes que criminalizan la MGF, educación y programas sociales, el uso de remedios civiles y regulaciones administrativas para prevenir la práctica. Sin embargo, en los países africanos la mutilación genital femenina sigue siendo una práctica vigente.

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